Si no estás acostumbrado a trabajar en casa, estas son tres reglas que pueden ayudar a adaptarte.

Siendo disciplinado, este período de trabajo puede ser una bendición disfrazada.

La vida está revuelta para todos. Con la situación actual, trabajar desde casa se convertirá, al menos temporalmente, en la principal forma de trabajo para la mayoría de la población.

Si bien el concepto está causando ansiedad para muchos, como alguien que trabaja regularmente desde casa, puedo asegurarle que esta situación puede ser, de hecho, una bendición disfrazada.

Como dueño de un negocio, me acostumbré a ir a la oficina y, hasta hace poco, no podía haberlo imaginado de otra manera. Sin embargo, a medida que comencé a escribir más, comencé a mezclar los días de trabajo a domicilio en mi agenda. ¿El resultado? Hoy no solo escribo desde casa, sino que también hago gran parte de mi trabajo comercial allí. Para mi sorpresa, mi productividad se ha disparado.
Dicho esto, si te preocupa adaptarte al trabajo desde su hogar, tengo tres consejos que puede seguir para asegurarse de aprovechar al máximo esta situación inusual.

Cuando trabajas desde la comodidad de su hogar, es fácil sentirse demasiado cómodo. Después de todo, se siente, bueno, como en casa. Encontrar un espacio apropiado para trabajar es el paso más crítico para asegurar un día exitoso.

Desde mi experiencia, no me llevó mucho tiempo darme cuenta de que los lugares que reducen tu productividad son tu cama, el sofá y la habitación donde está el televisor. Cuando usas estos espacios, es difícil convencer a tu cerebro para que se comprometa a trabajar, y comenzarás a perder los días que faltan.

Otro problema son las personas, ya sean parejas, amigos o hijos. La gente tiene una forma divertida de distraernos. Por esta razón, he configurado una estación de trabajo aislada. Está separado de las distracciones y las personas en mi hogar. También se encuentra al lado de una ventana que asegura que
mi espacio se sienta abierto. Hay una planta en el balcón de la ventana para proporcionar la tranquilidad que tanto se necesita en momentos como estos. Tengo un lugar a mi lado para guardar mis lapiceros y cuadernos. Todo está al alcance. Es un pequeño lugar perfecto para realizar un trabajo ininterrumpido y marcar algunas tareas.

Ahora que has designado un área libre de distracciones (y personas), es hora de comenzar a trabajar. Sin embargo, trabajar desde casa plantea un problema bien documentado: no hay un gerente.

No hay nadie respirando por tu cuello. No hay colegas para hacerte sentir presionado a trabajar. No hay hora de entrada y salida. El proceso, y la responsabilidad, de administrar sus horas de trabajo recae únicamente en tí.

Este cambio no debería asustarte, sino que debería emocionarte. ¡Significa que puedes controlar tu horario de trabajo! Para obtener el mayor beneficio de esto, deberá desarrollar algún tipo de estructura.

La forma en que hago esto es establecer pequeños períodos de tiempo de trabajo. Me gusta comenzar temprano y trabajaré de 8 a 10 de la mañana sin parar. Este bloque de tiempo generalmente es la parte más productiva de mi día. Si el trabajo va bien y tengo un impulso de mi parte, continuaré hasta el almuerzo.

Pero si no, no te preocupes, ya he realizado algunas de mis tareas. Tan pronto como termino de almorzar, me preparo para otra sesión de alrededor de 1 o 2 hasta las 4pm. Te sorprenderás de lo mucho que haces en 4 horas de trabajo sin distracciones.

Un estudio de 2 años destacó un gran beneficio del trabajo desde casa: sus niveles de productividad aumentan. Mostró un asombroso aumento de la productividad entre los empleados, un aumento equivalente al trabajo de un día completo. Mientras pueda seguir siendo disciplinado, puede esperar hacer más en menos tiempo.

El último obstáculo a superar es manejarse. En qué vas a trabajar y cuándo vas a trabajar en eso. Cuando nadie programa tus tareas diarias para o convoca una reunión matutina para liderar el equipo para el día, puedes organizar todo esto tú mismo.

El método más efectivo para organizar esto es comprar un cuaderno y escribir una lista de las tareas que deseas realizar. Más importante aún, decide el orden que necesitas para abordarlos. Utiliza puntos de colores para indicar la importancia de cada tarea, desde el rojo es la máxima prioridad hasta el amarillo bajo.

Este pequeño truco mantiene tu enfoque en las tareas, en lugar del tiempo en el que tienes que hacerlas. El tiempo puede ser un lujo en esta situación actual, por lo que es vital priorizar lo que desea lograr en sus breves ventanas de enfoque. Es parte de la diversión de hacer tu trabajo en casa: tú controlas cuándo y por cuánto tiempo trabajas en algo.

En momentos como estos, cuando las cosas se ponen un poco ansiosas e inestables, es importante construir una nueva rutina y estructura para ayudarlo a superarlas. Cuando se trata de trabajar, no veas el trabajo a domicilio como un obstáculo. Vélo como una oportunidad y algo en lo que puede prosperar.

Con la actitud correcta, esto puede ser una bendición disfrazada.